El amor de la canica

Sucedió que una canica rodó por la tierra. Algunas piedras trataron de pararla inútilmente. Ella les brincó por las cabezas, los hombros y las panzas. Un viento sopló y la canica se montó en él. Nuevo amor nació. Juntos galoparon por nuevos caminos, llevando de equipaje destellos y chispas de Sol.

 

 

Publicado en Cuento Etiquetado con:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*