Acumuló toda la fuerza que pudo, hasta que dió un último jalón. Los dedos de sus manos tronaron como nueces. Había salvado a su amigo de una caída libre, hacia la muerte en la montaña.
Acumuló toda la fuerza que pudo, hasta que dió un último jalón. Los dedos de sus manos tronaron como nueces. Había salvado a su amigo de una caída libre, hacia la muerte en la montaña.
Deja una respuesta