Soy un insecto. Uno de esos que tienen los huesos por fuera del cuerpo. Todos los humanos me observan y la paso mal cuando sus grandes pies retumban cerca. Soy un insecto y me gusta volar. Mucho volar y aparearme.
Me pregunto cuántos hijos tendré. Sin duda pueden ser varios cientos aunque mi vida es corta y los terrenos que conozco son cortos también. ¿Tras mi muerte qué vendrá? Quizas si pudiera trascender me vería a mi mismo siendo un nuevo insecto muy diferente. Un insecto más maduro espiritualmente quizás.
Podría ser incluso un insecto de otra especie…
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