La ciudad en fiesta

Un Espijo se detuvo frente al aparador de una tienda, su bailoteo se apreciaba alegremente en el reflejo del vidrio. Decidió entonces preguntar el precio de unas baratijas de belleza. Entró a la tienda y salió una Espijo bailando, sus movimientos eran elegantes y estirados.

-¿Cuánto cuesta esta baratija señora?

-Mmmm, cuesta 17 espijaros, pero como está en oferta se lo cambiaré por un buen baile conmigo.

Salieron entonces a la calle, y su ritmo dislocado avanzó por la ciudad, atrayendo a muchos más espijos, que sin importarles los motivos, se unieron al gran evento que puso a la ciudad en fiesta.

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